martes, 30 de junio de 2009

El Efecto Pigmalión


El tema anterior (el del Inteligente Hans) tiene continuación, y como se que morían por saber que sigue, me dediqué a seguir investigando y resulta que el efecto del Caballo da para más.

Después de los resultados que arrojaron las investigaciones del equino, muchas personas se interesaron en este fenómeno, unas de esas personas son R. Rosenthal y su colega Jacobson (no me se sus primeros nombres) quienes hacen un experimento que dejó sorprendida a la comunidad científica.

Resulta que Rosenthal realizó tres experimentos, (de los cuales abundaré en el primero ya que los tres son relativamente similares).

En una escuela de educación básica (digamos en una primaria) de estrato socioeconómico bajo, Rosenthal aplicó a los alumnos tests de Inteligencia (CI) y se les dijo a los maestros que este test podía predecir la capacidad intelectual de los niños, se dividieron a los alumnos en tres grupos: 1) el grupo de los que habían obtenido capacidades altas, 2) el grupo de los niños de capacidades medias y 3) el grupo de las capacidades bajas.

Al puro azar eligió al 20% de los alumnos de los tres grupos y les dijo a los maestros que esos alumnos, por los resultados de los tests aplicados, seguramente iban a mejorar de manera significativa su formación y rendimiento escolar. Ocho meses después se les aplicó el mismo test de Inteligencia a todos los niños, el resultado fue que los niños que fueron catalogados como niños que mejorarían su formación y rendimiento escolar en realidad mejoraron ya que aumentaron 4 puntos mas su coeficiente respecto a los otros niños (independientemente si estaban en el grupo de Capacidades altas, medias o bajas).

Así que se concluyó que las expectativas positivas (y también negativas) generadas por los maestros hacia los alumnos influyen de manera determinante en su rendimiento escolar, o sea, si el maestro "piensa" que el alumno es inteligente (por poner un ejemplo) se predispone a trabajar con el de esa manera, sus actitudes, su forma de comportarse y lo que le proyecta al alumno genera un ambiente que provoca que el estudiante se desarrolle de una forma mejor.

Sin embargo, esto no aplica solamente en el ámbito educativo, resulta que el experimento fue aplicado a un equipo de natación (se les dijo a los maestros que la mitad de los alumnos estaban mejor capacitados y efectivamente al finalizar el curso, esos alumnos sabían nadar mejor que el resto) y también se aplico hacia los animales (dos grupos de ratas, uno considerado "inteligente" y otro normal, el grupo "inteligente" aprendía mas rápido los trucos).

Así que, si nos ponemos a pensar sobre esto, tal vez lleguemos a la conclusión (parecida a la de la historia del Caballo Hans) de que cuando nos creamos una idea sobre alguna persona, a partir de esa idea nos comportamos de esa manera con dicha persona, un ejemplo desde el punto de vista de la psicología: Un niño es "diagnosticado" Hiperactivo y a partir de esa idea se trata al niño como enfermo, o como si tuviera una deficiencia que hay que curar, esto genera que los que lo conocen lo vean como bicho raro y esto al mismo tiempo generará que él se comporte como tal.

Esta vez si me puse muy serio en mi tema, pero bueno me pareció interesante comentarlo (ya entrando en el tema del caballo, este era inevitable).

Por último (que debió ser lo primero -.-), adquiere el nombre de pigmalión por el mito griego que narra la historia del escultor llamado Pigmalión, el cual se enamora de una de sus obras: Galatea, la cual cobra vida después de que Afrodita se da cuenta del amor que siente el escultor por su estatua.

Fuentes: Wikipedia, y este documento sobre la escuela como contexto socializador.

domingo, 28 de junio de 2009

El Inteligente Hans ó el No se qué, que qué se yo...



¿Alguna vez te has preguntado a ti mism@ o a tus amig@s el por qué esa persona te llama tanto la atención si físicamente no parece tan atractiva?, ¿Te has preguntado por qué tu novia anda contigo si eres mas feo que una carretera federal mexicana?, ¿Alguna vez te has dado cuenta que esa persona que te gusta tanto, tiene un no se qué, que qué se yo?, probablemente has visto a algun tipo en tu escuela que sin conocerlo piensas: "ese tipo tiene cara de pendejo", ó tal vez ninguna de esas situaciones te parece conocida, pero ¿Que tal cuando te encuentras en una calle donde hay un perro que parece dócil y no ataca a nadie, pero cuando pasas se te prende del pie y no te suelta?...

Sinceramente no se la respuesta a todas esas preguntas, pero recordé un libro que leí y tal vez encontré una explicaron bastante gratificante...

Por ahí de 1900 (digo esa fecha porque las fuentes que he leído no se ponen de acuerdo, además es una historia contada por mi y no la investigación como tal) un maestro de matemáticas jubilado que se llamaba Wilhelm von Osten, que vivía en Alemania, se consiguió un caballo llamado Hans, al cual comenzó a enseñarle a contar, a sumar, restar y multiplicar (tenía mucha confianza en sí mismo el maestro), para su sorpresa, el buen caballito no solo "aprendió" todo eso, sino que también logró hacer raíz cuadrada y leer la hora del reloj, entre otras cosas, obviamente el caballo no hablaba, sino que golpeaba con sus cascos en el suelo dependiendo la respuesta (si era 1 golpeaba 1 vez, 2 golpes para 2 y así como nuestra lógica nos indica en lo sucesivo).

Todo esto no solo sorprendió al dueño (que para esto ya había presumido a su Inteligente caballo a la mitad de Alemania), sino que también "agarró con los calzones en la mano" a la comunidad científica que, sorprendida y emocionada, viajó hacia el pueblo donde vivían el equino y su maestro para realizar las investigaciones que desmostraran si era posible comunicarse con el caballo (y por consiguiente con otros animales) o simplemente era una farsa.

Uno de los científicos que llego a investigar el fenómeno fue Carl Stumpf, (por ahí de 1904, pero recordemos que son fechas aproximadas), Stumpf realizó varias pruebas para tratar de demostrar o invalidar las habilidades del ya tan mencionado animal de cuatro patas (ya se me acabaron los sinónimos), sin embargo el buen Carl Stumpf al no encontrar pruebas, llego a la conclusión de que el caballo realmente sabía lo que sabía.

Sin embargo un psicólogo, Oskar Pfungst, en 1907 aun se mantenía escéptico con el ya famoso animal, así que se embarcó hacia Alemania para también dar su opinión respecto al exótico. Pfungst después de hacer diferentes pruebas al equino, (usó diferentes interrogadores, unos de los cuales no conocían la respuesta e incluso le tapó los ojos al caballo), entregó sus conclusiones:

Primero, era necesario que la persona que interrogaba al animal supiera la respuesta, y segundo, el animal debía tener contacto visual con la persona que lo interrogaba.

Ahora, te debes estar preguntando ¿qué tiene todo esto que ver con las preguntas que dieron inicio al texto?, pues bueno, Pfungst dio cuenta de que Hans (el caballo), era influido por claves sutiles (imperceptibles) dadas por del interrogador (obviamente éste no se daba cuenta de que enviaba esas señales).

Así, el inteligente Hans lograba "saber" la respuesta al mirar esas expresiones imperceptibles en el rostro y cuerpo de las personas que lo cuestionaban.

Todo esto viene al caso ya que (según mi manera de entenderlo) todas las personas estamos emitiendo señales inconscientes que generan una "impresión" en las personas con que nos comunicamos (no necesariamente platicando).

Por lo tanto, cuando vemos a una persona, a veces, de forma inmediata nos da el famoso "no se qué, que qué se yo" que hace que nos caiga bien o mal, nos agrade o desagrade, obviamente hay mas factores que influyen para esto, pero creo que todo este cuento que me acabo de echar nos da una buena idea que por lo menos nos calma cuando nos quedamos con cara de O_O cuando vemos a esa persona que sin saber por qué nos deja "anonadados".....

Yo por eso siempre digo, todo es cuestión de actitud, si te sientes bien, proyectas bienestar....

Saludos..........

sábado, 27 de junio de 2009

Celulares e Infidelidad


Los Celulares han cambiado en gran manera la forma en que nos comunicamos con otras personas, desde que ahora ya no podemos vivir sin nuestro buen teléfono celular, incluso ya ni "skribr ls plbrs kmplets"podemos ñ_ñ....

Ahora urgando las noticias me encuentro con que una encuesta hecha por una compañía Australiana revela que aproximadamente un 25 por ciento de los usuarios de teléfonos celulares se dió cuenta de que su pareja o la de algún conocido estaba siendo infiel gracias a los mensajes de texto.

El informe muestra también (esto va dirigido al buen felipatas, seguro le va a encantar) que uno de cada cinco personas han enviado por error a otra persona un mensaje dirigido a su esposa o amante.

Otra encuesta, ahora en España, arroja resultados parecidos, los españoles también consideran que el Internet y la Telefonía móvil propician la infidelidad.

"Cuatro de cada diez españoles admiten haber sido infiel a alguna de sus parejas en algún momento y un 65% piensa que el teléfono móvil facilita que se produzca una infidelidad, seguido por el correo electrónico, según un sondeo del portal Match.com"

No me imaginaba que esto de los teléfonos móviles y la infidelidad tuvieran tanto impacto, pero tan solo con dar una "googleada" descubrí rete-hartas páginas con historias (la mayoría contadas por mujeres) donde se descubría una infidelidad gracias a que revisaban el teléfono móvil de su pareja y encontraban mensajes que ponían al descubierto al esposo (o esposa) con la amante (o el amante).

Incluso encontré un servicio de investigación (al estilo el programa de TV Parejas Infieles), solo que aquí investigan el teléfono celular de tu pareja para encontrar los mensajes, fotografías, videos, "todo desde su activación hasta el ultimo día de su utilización", que lo (o la) incriminen.

Yo, de todo esto, tengo mi humilde opinión:

Primero. Que bueno que esto de la infidelidad no pasa en México, aquí todos somos bien sincerotes y educados U_U....

Segundo. No chinguen, eliminen sus mensajes de texto cuando tengan una amante, las mujeres no son mensas y revisan nuestras cosas, siempre sospechan algo ¬¬ (pero las queremos =D).

Tercero. (Para el felipatas y para uno de cada cinco australianos) No sean bestias, fíjense a quien le mandan los mensajes, luego por eso se descubren los amoríos y no se aguantan con las consecuencias.

¿Qué tal? Como les gusta complicarse con eso de la infidelidad, mejor dejen de sospechar y ponganse a confiar en su pareja...