domingo, 28 de junio de 2009

El Inteligente Hans ó el No se qué, que qué se yo...



¿Alguna vez te has preguntado a ti mism@ o a tus amig@s el por qué esa persona te llama tanto la atención si físicamente no parece tan atractiva?, ¿Te has preguntado por qué tu novia anda contigo si eres mas feo que una carretera federal mexicana?, ¿Alguna vez te has dado cuenta que esa persona que te gusta tanto, tiene un no se qué, que qué se yo?, probablemente has visto a algun tipo en tu escuela que sin conocerlo piensas: "ese tipo tiene cara de pendejo", ó tal vez ninguna de esas situaciones te parece conocida, pero ¿Que tal cuando te encuentras en una calle donde hay un perro que parece dócil y no ataca a nadie, pero cuando pasas se te prende del pie y no te suelta?...

Sinceramente no se la respuesta a todas esas preguntas, pero recordé un libro que leí y tal vez encontré una explicaron bastante gratificante...

Por ahí de 1900 (digo esa fecha porque las fuentes que he leído no se ponen de acuerdo, además es una historia contada por mi y no la investigación como tal) un maestro de matemáticas jubilado que se llamaba Wilhelm von Osten, que vivía en Alemania, se consiguió un caballo llamado Hans, al cual comenzó a enseñarle a contar, a sumar, restar y multiplicar (tenía mucha confianza en sí mismo el maestro), para su sorpresa, el buen caballito no solo "aprendió" todo eso, sino que también logró hacer raíz cuadrada y leer la hora del reloj, entre otras cosas, obviamente el caballo no hablaba, sino que golpeaba con sus cascos en el suelo dependiendo la respuesta (si era 1 golpeaba 1 vez, 2 golpes para 2 y así como nuestra lógica nos indica en lo sucesivo).

Todo esto no solo sorprendió al dueño (que para esto ya había presumido a su Inteligente caballo a la mitad de Alemania), sino que también "agarró con los calzones en la mano" a la comunidad científica que, sorprendida y emocionada, viajó hacia el pueblo donde vivían el equino y su maestro para realizar las investigaciones que desmostraran si era posible comunicarse con el caballo (y por consiguiente con otros animales) o simplemente era una farsa.

Uno de los científicos que llego a investigar el fenómeno fue Carl Stumpf, (por ahí de 1904, pero recordemos que son fechas aproximadas), Stumpf realizó varias pruebas para tratar de demostrar o invalidar las habilidades del ya tan mencionado animal de cuatro patas (ya se me acabaron los sinónimos), sin embargo el buen Carl Stumpf al no encontrar pruebas, llego a la conclusión de que el caballo realmente sabía lo que sabía.

Sin embargo un psicólogo, Oskar Pfungst, en 1907 aun se mantenía escéptico con el ya famoso animal, así que se embarcó hacia Alemania para también dar su opinión respecto al exótico. Pfungst después de hacer diferentes pruebas al equino, (usó diferentes interrogadores, unos de los cuales no conocían la respuesta e incluso le tapó los ojos al caballo), entregó sus conclusiones:

Primero, era necesario que la persona que interrogaba al animal supiera la respuesta, y segundo, el animal debía tener contacto visual con la persona que lo interrogaba.

Ahora, te debes estar preguntando ¿qué tiene todo esto que ver con las preguntas que dieron inicio al texto?, pues bueno, Pfungst dio cuenta de que Hans (el caballo), era influido por claves sutiles (imperceptibles) dadas por del interrogador (obviamente éste no se daba cuenta de que enviaba esas señales).

Así, el inteligente Hans lograba "saber" la respuesta al mirar esas expresiones imperceptibles en el rostro y cuerpo de las personas que lo cuestionaban.

Todo esto viene al caso ya que (según mi manera de entenderlo) todas las personas estamos emitiendo señales inconscientes que generan una "impresión" en las personas con que nos comunicamos (no necesariamente platicando).

Por lo tanto, cuando vemos a una persona, a veces, de forma inmediata nos da el famoso "no se qué, que qué se yo" que hace que nos caiga bien o mal, nos agrade o desagrade, obviamente hay mas factores que influyen para esto, pero creo que todo este cuento que me acabo de echar nos da una buena idea que por lo menos nos calma cuando nos quedamos con cara de O_O cuando vemos a esa persona que sin saber por qué nos deja "anonadados".....

Yo por eso siempre digo, todo es cuestión de actitud, si te sientes bien, proyectas bienestar....

Saludos..........

1 comentario:

  1. no entendí el cuento del caballo.....
    jajsjajaja
    eso d las señales y la actitud es básico!
    Bsos!!!

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