domingo, 11 de octubre de 2009

¿E.T. Phone Home?



Lamento haber dejado tanto tiempo el blog sin actualizar, pero ustedes comprenderán que a veces no hay el tiempo que uno quiere para hacer otras actividades, es mi error y los compensaré, se que les gusta leer las buenas historias y les encontré una entre mis libros (un poco larga y revuelta, pero sumamente interesante para los que les gusta eso del fenómeno OVNI, del bueno no del de Maussan), ahí les va:

Imaginemos que somos una civilización de un planeta, de un sistema solar, de una galaxia del universo y quisiéramos comunicarnos con una civilización de un planeta, de un sistema solar de una galaxia diferente (o tal vez de la misma, recordemos que esas cosas llamadas galaxias son muy grandes), ¿Cómo haríamos para establecer una comunicación con alguien que esta muy lejos y que lo mas seguro es que no hable nuestro idioma?

Algunos proponen que sea por medio de las matemáticas, (yo tengo mis dudas, pero en fin, es lo mas aceptado), por lo que esa parte digamos que esta resuelta.

Por otra parte, tendría que enviarse un satélite, hacia alguna de las zonas del universo conocido (o sea el que alcanzamos a ver) en la que consideramos que haya posibilidades de haber vida.

Ese satélite, debería entrar en orbita en el sistema solar al que llegue, y esperar alguna señal de algún otro planeta que también esté buscando signos de vida en el universo (obviamente, usando un aparato que envíe señales al exterior para que alguien las “escuche”), imaginemos que de pronto, por alguna razón (no importa cual), nuestro aparato, capta información de lo que (suponemos) es una civilización extraterrestre, después de captar esta información, el satélite se activa, guarda esos “sonidos”, y los responde, pongamos un ejemplo (recordemos que usamos las matemáticas como idioma universal y que los números que enviemos deben tener una lógica matemática y comunicar algo, los números que pongo son solo arbitrarios): Nuestro aparato (el satélite) recibe una secuencia de números: 12, 35, 20, 40. Para que el emisor de este mensaje (o sea, el que se encuentra en el planeta desconocido) entienda que el mensaje fue recibido y entendido, nuestro satélite tendría que tomar esa secuencia de números y reenviarla hacia su origen (o sea el planeta desconocido), el emisor del mensaje, lo recibiría de nuevo y una vez mas lo reenviaría (o sea a nuestro satélite) para tratar de corroborar que ese envío y recepción de signos no son solo eco, sino que alguien lo esta “escuchando”, ahora bien, nuestro satélite volvería a recibir esos números, lo cual (al igual que a los emisores) comprobaría que alguien lo esta escuchando, así que para nuestro satélite la cuestión ya quedó clara, alguien lo escucha, pero para los emisores eso aun no esta claro, porque seguirían pensando que solo escucharon eco, por lo que nuestra sonda (ya dije mucho la palabra satélite ¿no?) volvería a tomar la secuencia de números y la reenviaría, pero con una diferencia: pondría un intervalo de tiempo entre número y número, por ejemplo: 12 (intervalo de 3 segundos), 35 (intervalo de 5 segundos), 20 (intervalo de 4 segundos), 40, lo cual haría pensar a los emisores, que el mensaje es escuchado, que no es eco y que es alguien inteligente quien lo escucha.

Ahora, se preguntarán, todo este discurso tan revuelto, ¿para que?, bueno pues resulta que todo esto que conté hasta ahora, realmente sucedió:

En el año de 1927, un radiotelegrafista de Oslo, recibió las señales de la estación de radio de onda corta PCJJ de Eindhoven, en Holanda, seguidas, tres segundos después, de otras señales que eran con toda seguridad repetición de las primeras.

Se hizo una investigación sobre este hecho y en el año de 1928 se logró la repetición experimental del fenómeno. PCJJ emitió señales de gran potencia, las cuales no solo fueron captadas, sino que también se volvió a “escuchar” su repetición (eco), con un intervalo de tiempo (tres segundos) entre signo y signo, (o sea, el mismo mensaje, pero con diferente tiempo, que nos dan a entender que no era un simple eco, sino un “eco inteligente” por decirlo de alguna manera), esta prueba fue hecha por el Dr. Van Der Pol, de la Philips Radio Corporation.

Para que el eco de una señal emitida por radio, pueda volver a la tierra al cabo de tres segundos, el objeto que genera este eco debe hallarse a una distancia de nosotros similar a la que nos separa de la luna.

Así que, según la investigación y la hipótesis, si hay una sonda (satélite) extraterrestre enviando señales desde alguna parte del universo, esta sonda, debe estar orbitando a una distancia similar a la de la luna.

Ahora, estas señales que se recibían en la tierra no solo eran sonidos, sino que también se cree que llevaban otro tipo de mensaje, por lo que Duncan A. Lunan de la Universidad de Glasgow, tomó las características de los signos recibidos, y empezó a graficar (marcar con puntos) en una especie de plano cartesiano (Es la imagen del inicio, por si mi explicación esta muy boba ñ_ñ), así que al unir los puntos de la grafica el diagrama que resultó fue el de la constelación de Bootes o del Boyero; pero en este esquema falta su estrella principal, Ypsilon Bootis, para lograr esto solo había que girar un poco la imagen (180°) sobre el eje vertical, hacia la parte derecha del diagrama, solo así coincide con la posición que debería ocupar Ypsilon Bootis.

Lo curioso de todo este asunto, es que según la interpretación de Lunan, es que la mayor estrella de Bootes, Alpha Bootis, no aparece en el diagrama en su posición actual, sino en donde, en razón de su propio movimiento de traslación, se hallaba hace aproximadamente trece mil años.

O sea, que la supuesta sonda llegó al sistema solar once mil años antes del nacimiento de Cristo, se mantuvo esperando todo este tiempo, hasta que empezaron a salir señales de radio del planeta Tierra, las cuales activaron al satélite extraterrestre y empezó a funcionar para lo que los habitantes de Ypsilon Bootis lo habían diseñado: Establecer un contacto con otra civilización.

Puede que todo esto les parezca historia de Jaime Maussan, pero es una historia cierta, y aunque no puede asegurarse que en verdad haya una sonda extraterrestre en orbita cerca de nuestro planeta, no se han encontrado errores en la investigación que desmientan la hipótesis.

Si quieren saber mas a detalle (esto solo fue un resumen), les dejo el libro de donde salió la información que es este: ¿Es real la realidad?, de (reverencias) Paul Watzlawick.

Espero que haya enmendado mi error de abandonar el blog un ratito con esta historia, espero sus (numerosos) comentarios.

1 comentario:

  1. Ah no mams que perro! un dia voy a enviar un mensaje del 1 al 7 (chin guen su ma dre ov nis) xD
    Lo siento yo tmbn lo abandone u.u escuela de sht T_T pero pronto pondre algo ¬¬...
    I love matematicas :D

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