sábado, 17 de octubre de 2009

La Operación Mincemeat


Segunda Guerra Mundial, 30 de Abril, año de 1943, en el puerto de Huelva, España, se encontró el cadáver de un Mayor de los Marines Británicos (presuntamente su avión había caído al mar) llamado William Martin, los documentos, las cartas y otras cosas que el cadáver traía encima, probaban que el Marin, era un mensajero; las cartas iban dirigidas hacia el general del XVIII ejército, que en ese entonces se encontraba en Túnez.

El ejército Español, buscó y encontró la manera de abrir las cartas sin que se notara algún signo de violación en los sellos, se dieron cuenta de que los documentos eran de una máxima importancia militar: las cartas iban dirigidas a diferentes mandos Británicos, mencionaban varias cuestiones referentes a la marcha de las operaciones militares en el mediterráneo y hacía una alusión casi transparente a Grecia como uno de los dos posibles puntos del desembarco aliado en Europa.

Casi inmediatamente, funcionarios Británicos en Huelva, gestionaron para recuperar el cadáver, con todo y sus pertenencias, lo mas pronto posible, por su parte los funcionarios españoles de Huelva, se “hacían que la virgen les hablaba” (o sea, daban largas) en lo que los agentes Alemanes que se desempeñaban en Huelva podían estudiar esas cartas que les habían llegado por un golpe de suerte y que les daría una ventaja militar de suma importancia.

Las investigaciones de inteligencia de la Abwehr calificaron a los documentos como auténticos y fueron enviados a Berlín. El 12 de mayo de 1943, el Führer (o sea, Hitler) emitió la orden dando prioridad a las operaciones en Cerdeña y el Peloponeso y ordenaba el reforzamiento de las defensas en Córcega y Cerdeña.

El cuerpo fue devuelto a Gran Bretaña y enterrado en el Cementerio de la Soledad en Huelva con todos los honores militares del caso y rodeado de flores enviadas por "su novia" y "familiares”. La edición del 4 de junio del Times publicó la nota mortuoria, en la lista de bajas, dando cuenta del fallecimiento de Martin.

Alemania reforzó sus fuerzas en el Norte (Cerdeña), pero la invasión de los aliados se dio realmente en el sur (Sicilia), ¿Por qué si todos los documentos encontrados en el cuerpo del Marin decían que el desembarco aliado iba a darse en el Norte, al final se dio en el sur?, pues resulta que el susodicho William Martin nunca existió.

La operación Mincemeat, o “el hombre que nunca existió” ha sido la mayor operación de desinformación y fue prácticamente decisiva en la victoria de los aliados en la segunda guerra mundial, fue un plan ideado por un tal Teniente Comandante Ewen Montagu y el Líder de Escuadrón Sir Archibald Cholmondley, los cuales planearon la forma de “plantar” un cuerpo con papeles falsificados y que éste callera en manos Alemanas, pero sin que los teutones sospecharan que el cuerpo había sido puesto a propósito en sus manos.

Llegaron a la conclusión de que lo mejor era dejar el cuerpo en las costas españolas de Huelva (lo llevó un submarino y lo arrojaron cerca del puerto, esperando que la corriente lo acercara a la playa), sabiendo que la España de Franco iba a permitir que los alemanes estudiaran los papeles que “William Martin” llevaba consigo.

Obviamente las cartas que llevaba William Martin, daban a entender una invasión en Cerdeña, con la clara intención de que las fuerzas del Eje movieran sus tropas hacia el norte y desprotegieran al sur, lo cual hacía más sencillo un desembarco de fuerzas militares.

Ahora, mencionaré, como dice Paul Watzlawick (que Milton H. Erickson lo tenga en su santísima gloria), unos cuantos detalles escabrosos de la operación, simplemente por las delicias del Humor Negro:

Había que encontrar primero un cadáver que cumpliera los requisitos de la operación, o sea, que la muerte fuera algo similar a una caída del avión y haberse ahogado, en enero de 1943 se encontró al candidato perfecto, el cual se mantuvo congelado hasta que el submarino lo arrojó a las costas de Huelva (hay diferentes versiones de quién era en realidad el cadáver, pero no hay nada concreto, solo se sabe que a los familiares se les informó que su difunto iba a ser parte de una gran operación militar y que después se le enterraría con todos los honores, pero con un nombre diferente).

¿Cómo vestir a un muerto congelado?, en realidad no causó mayor problema, sino hasta el momento de ponerle las botas, ¿ponerle las botas a unos pies ya rígidos y que se encuentran en ángulo de 90° permanentemente?, esto se solucionó descongelando simplemente los pies, esperando que no se pudrieran en el intento ¬¬

Por último, hubo una probabilidad de que el engaño se descubriera, por errores de los mismos alemanes (irónico ¿no?), resulta que los agentes del Eje, al hacer la traducción de las cartas, cometieron errores cronológicos que pudieron haber hecho sospechar a los altos mandos Nazis de que estaban siendo engañados.

Fuente: ¿Es Real la Realidad? y exordio.com

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